Los alimentos contra el cancer se consideran hoy en día poderosas armas ‘para combatir el cáncer. Alrededor de un tercio de los casos de esta enfermedad están relacionados con la dieta, lo que comemos puede ayudar a disminuir en forma significativa el riesgo de contraer este mal.
Como el cáncer se desarrolla en un periodo largo, tenemos años, generalmente décadas, para prevenirlo o favorecer su aparición, ciertos alimentos inhiben la acción de los agentes químicos que desencadenan el proceso canceroso. Algunas vitaminas y minerales con características antioxidantes extinguen los radicales de oxígeno libres, sustancias que al parecer aumentan la susceptibilidad de las células al cáncer. Los antioxidantes incluso son capaces de reparar parte de un probable daño celular. Y se ha visto que ciertos alimentos —el salvado de trigo en particular— hacen que las células precancerosas se encojan.
Las personas que más frutas y verduras consumen presentan tasas de cáncer cerca de 50 por ciento inferiores a las de aquellas que consumen esos alimentos en menor cantidad.
Estamos hablando aquí del cáncer de pulmón, colon, mama, cuello uterino, esófago, boca, estómago, vejiga, páncreas y ovarios. El consumo frecuente de frutas y verduras disminuye el riesgo de contraer cáncer pulmonar, aun en fumadores. «Resulta pasmoso que las verduras y las frutas comunes sean tan eficaces para contrarrestar los efectos de un carcinógeno tan potente como el humo del cigarrillo».
Uno de los antioxidantes más estudiados, presente en frutas y verduras que se cree que es eficaz contra el cáncer, es la beta carotina. Esta se encuentra en abundancia en verduras de color verde oscuro, amarillo o anaranjado, como la espinaca, el camote y la zanahoria, y también en frutas como el albaricoque y el melón.
La beta carotina ejerce un efecto tóxico directo sobre las células tomadas de tumores malignos. También se descubrió que contiene el desarrollo de las células pulmonares cancerosas y que altera las proteínas requeridas por los tumores para crecer.
Las investigaciones también demuestran que la beta carotina puede transformarse en el organismo en ácido retinoico, sustancia que se ha usado en pruebas clínicas para combatir ciertos tipos de cáncer.
Los siguientes son algunos alimentos que contienen sustancias químicas de efecto anticancerígeno:
Tomates.
Un compuesto presente en el tomate, que tal vez disminuye las probabilidades de contraer cáncer, es el licopeno., pigmento que da a dicho fruto su color rojo. También se encuentra en la sandía y el albaricoque, y extingue ciertos radicales de oxígeno libres que desencadenan el cáncer.
Una concentración baja de licopeno en la sangre se asocia con un alto riesgo de contraer cáncer de páncreas. Quienes sufren este mal presentan concentraciones de licopeno más bajas que la gente sana.
El licopeno se encuentra en productos elaborados con tomate, como salsas y pastas.
Vegetales verdes.
Los vegetales con hojas de color verde oscuro reducen el riesgo de contraer varios tipos de cáncer. La espinaca, el brócoli, la col y la lechuga verde oscura contienen muchos antioxidantes corno la beta carotina, el folato y la luteína. He aquí una buena regla empírica: cuanto más oscuro es un vegetal, más antioxidantes contiene.
Condimentos preventivos. En los vegetales como el ajo y la cebolla, se han hallado una gran cantidad de sustancias químicas de las que se piensa que tienen propiedades inhibidoras del cáncer, muchas de esas sustancias bloquean la acción de carcinógenos vinculados con el cáncer de colon, estómago, pulmón e hígado. Los seres humanos que comen más cebolla y más ajo son menos propensos a contraer cáncer gastrointestinal.
Se han hallado indicios de que los compuestos de ajo incluso obstaculizan el desarrollo del cáncer. En un estudio se descubrió que un compuesto de ajo llamado ajoene es tóxico para las células malignas, otra forma en que el ajo quizá combata el cáncer es estimulando las funciones inmunitarias, los compuestos de azufre de este vegetal provocan un aumento de la actividad de los macrófagos y de los linfockos T, dos elementos del sistema inmunitario que destruyen las células tumorosas.
Cítricos.
«Coma naranjas, toronjas, limones y limas tan a menudo como pueda», las frutas cítricas son un arma de alto poder contra el cáncer, debido a que contienen toda clase de sustancias naturales (carotinoides, flavonoides y otras) que, en forma individual, han neutralizado potentes carcinógenos químicos en animales.
Los cítricos pueden ser especialmente eficaces para disminuir el riesgo de padecer cáncer de páncreas. Las personas que consumen una fruta cítrica casi todos los días corren un riesgo hasta 70% menor de contraer cáncer pancreático que quienes la comían menos de una vez por semana.
Crucíferas.
Las verduras de la familia botánica de las crucíferas, como la col, la coliflor, las coles de Bruselas, el brócoli, la col rizada, las hojas de mostaza y el nabo pueden reducir el riesgo de contraer cáncer de mama. Hay que comer las crucíferas crudas o poco cocidas. Si se cuecen demasiado se destruyen los indoles, sustancias que se encuentran en estos vegetales y que, según parece, brindan protección contra el cáncer.
Las verduras crucíferas también son eficaces para evitar el cáncer de estómago y de colon.
Frijol de soya.
El frijol de soya contiene por lo menos cinco compuestos que presuntamente inhiben el cáncer. Uno de ellos se parece por su naturaleza química a algunos fármacos que se emplea comúnmente para tratar el cáncer de mama provocado por el estrógeno, se ha visto que los componentes del frijol de soya bloquean los cánceres de colon, de piel y otros, tal vez disminuyendo el ritmo del crecimiento y de la división de las células cancerosas.
Las leguminosas, secas o enlatadas —frijoles, garbanzos, lentejas, alubias—, también parecen contener agentes anticancerosos.
Salvado de trigo.
Es posible que el salvado de trigo disminuya el riesgo de contraer cáncer de colon. Se ha observado que dos raciones diarias de 30 gramos de cereal de salvado de trigo hacen que los pólipos, pre malignos de colon se redujeran de tamaño en el curso de seis meses. Lo más notable, de acuerdo con lo que dicen los investigadores, es que una cantidad tan pequeña de alimento haya tenido tal efecto en un lapso tan corto. Ello demuestra que un régimen alimentario puede resultar terapéutico incluso después de la irrupción de lesiones precancerosas.
Leche semidescremada
Si bien la grasa saturada de la leche parece favorecer la aparición de determinados tipos de cáncer, podría haber en este alimento otra sustancia que los previene. Quienes beben leche entera tienen mayores probabilidades de contraer cáncer de boca, estómago, colon, recto, pulmón, vejiga, mama o cuello uterino, que aquellas personas que no consumen leche. Pero también se ha observado que quienes beben leche semidescremada tienen una probabilidad aún menor que los que nunca beben leche de contraer cáncer de boca, estómago, recto y cuello uterino. ¿Por qué? Los investigadores creen que elementos como el calcio, la riboflavina o las vitaminas A, C y D (también presentes en la leche entera, pero menos eficaces en ella, según parece), pueden actuar como agentes anticancerígenos en formas que aún desconocemos.
Para que su DIETA le proporcione la mayor cantidad de elementos protectores contra el cáncer, procure consumir cinco o más raciones diarias de frutas y verduras, aconseja el Instituto Nacional de Cancerología de Estados Unidos. Una ración equivale a media taza de fruta o verdura cruda o cocida, a una taza de verdura de hoja cruda, a una pieza mediana de fruta fresca o a 170 gramos de jugo de fruta o de verdura. La dieta ideal tiene bajo contenido de grasa y calorías, alto contenido de fibra, e incluye una variedad de alimentos nutritivos como frutas, verduras, granos enteros, leguminosas, semillas, nueces.
