Operaciones son necesarias

Algunos diagnósticos médicos suelen ser muy alarmantes, por lo que conviene ser precavidos al momento de tomar decisiones, en primer lugar, no se precipite; algunos de los casos no son de urgencia, además, los médicos no siempre concuerdan en la necesidad de operar.

En un estudio se pidió a 73 médicos su parecer respecto al mejor tratamiento de tres casos clínicos de trastornos uterinos. Alrededor del 40 por ciento se pronunció por operar, en tanto que el otro 60 por ciento opinó lo contrario.

Mucha gente cree que cada situación médica, tiene un solo tratamiento correcto y que un buen médico debe conocerlo. Sin embargo, la medicina no siempre es una ciencia exacta. Al fin y al cabo, cada galeno se atiene a su propio criterio.

¿Quién nos puede asegurar dónde termina lo necesario y dónde empieza lo innecesario?» La única persona capaz de hacerlo es el paciente mismo, por supuesto.

Un médico quizá aconseje e informe respecto a todos los aspectos de una intervención quirúrgica; pero, al cabo, el paciente es quien resuelve si vale la pena correr el riesgo.

Cualquier intervención quirúrgica, desde la extirpación de una uña enterrada hasta una cesárea, implica cierto riesgo. Una histerectomía «de rutina», por ejemplo, puede resultar en el corte accidental de la vejiga u originar un tejido cicatrizal que cause dolorosa obstrucción de órganos vítales. Entre las complicaciones es posible citar la pulmonía, los coágulos sanguíneos y las hemorragias.

Aunque los contratiempos son raros, existen riesgos inherentes a toda anestesia. La general puede poner en peligro el aparato respiratorio, el corazón, los vasos sanguíneos, los riñones y el cerebro. Los anestésicos locales pueden provocar convulsiones, reacciones hiperalérgicas que ponen la vida en peligro, y hasta paro cardiaco.

¿Cómo protegerse de la cirugía innecesaria y peligrosa? Antes que nada, consulte a su médico personal. No es aconsejable recurrir directamente a un cirujano que desconoce la historia clínica de usted y que, desde luego, «pensará en la cirugía». Que su médico familiar sea quien lo remita al cirujano, si es preciso.

Después, pídale opinión a otro cirujano acreditado (o a varios, inclusive). No tema comentar que proyecta consultar a otro médico. «Es un mito el argumento de que otra opinión destruirá la confianza entre médico y paciente», para eliminar los incentivos financieros implícitos en recomendar la cirugía, se debe aclarar al cirujano que no será él quien operará.

Por último, haga preguntas detalladas a los médicos. Jamás acepte usted operarse sin antes indagar:

¿Para qué me servirá esta operación? Si se trata de un posible puente aórtico-coronario (bypass), por ejemplo, debe usted saber que esto no siempre previene los ataques cardiacos ni garantiza larga vida.

¿Qué sucederá si no me opero? La respuesta puede ser: «Quizá no sea absolutamente necesaria la operación». Para que reducir una hernia, mientras no haya dolor. También es posible que los cálculos biliares sigan siendo inocuos toda la vida, si no provocan molestias.

¿Qué probabilidades hay de que vuelvan los trastornos después de la operación? Algunas operaciones en la espalda resultan un fracaso. Cuando se operan las várices, quizá queden feas cicatrices; y, en el diez por ciento de los casos, las várices son recurrentes.

¿Hay alternativas no quirúrgicas? Nuevos tratamientos en los que se utiliza la criocirugía (congelación del tejido enfermo) y rayos láser constituyen recursos tan eficaces cómo el escalpelo para atender algunas afecciones, como los quistes ováricos, verrugas en los órganos sexuales, endometriosis, alteraciones precancerosas del cuello del útero, cataratas y ciertos tumores benignos.

¿Sería útil algún cambio en mi manera de vivir? A menudo es posible postergar la cirugía en la vesícula biliar mediante una dieta de poca grasa y abundante fibra vegetal, junto con la supresión de medicamentos que afectan la concentración de las hormonas en la sangre (anticonceptivos orales, terapia con estrógenos). La incontinencia urinaria, a su vez, suele corregirse con ejercicios que fortalecen los músculos del esfínter.

¿Corro un riesgo mayor al normal? La obesidad aumenta las probabilidades de contraer infecciones, porque el tejido adiposo es más vulnerable a las bacterias; además, disminuye el rendimiento pulmonar y retarda la curación. El tabaquismo agudo, en otro caso, interfiere con la respiración profunda y la expectoración eficaz, necesaria para despejar los pulmones después de la anestesia.

¿Existe otro método operatorio menos extenso, doloroso o deformante? Si una paciente sufre de fibromas uterinos, por ejemplo, es posible que no necesite la histerectomía. Un procedimiento llamado miomectomía permite extirpar los fibromas sin causar esterilidad.

¿Qué experiencia tiene el médico en esta operación? Los estudios revelan que las posibilidades de éxito son mayores con médicos que frecuentemente llevan a cabo la misma operación, el paciente tiene derecho a saber con qué frecuencia ha practicado el médico determinado procedimiento quirúrgico, y cuál es el porcentaje de posibles complicaciones. «Si ese médico se disgusta», «recurra a otro».

Si ya optó por la cirugía, averigüe todo lo que pueda respecto al procedimiento. Pregunte a su médico:

¿Qué ocurre durante la operación? ¿Qué tejido se extirpará? ¿Dónde se hará la incisión? ¿Dejará cicatriz?

¿Cuánto tardará? ¿Me hospitalizarán mucho tiempo, o será factible atenderme como paciente externo? (Según la edad y el estado de salud en general, muchos procedimientos de cirugía menor —dilatación del cuello uterino y legrado, hemorroí-dectomías, reducción de hernias— se suelen atender con un solo día de hospitalización.)

¿Qué tipo de anestesia recomienda el anestesista? ¿Genéralo local? ¿Inyectada o por inhalación?

¿Cómo puedo aumentar las probabilidades de que todo salga bien? ¿Sería conveniente que adelgazara? ¿Que dejara de fumar? ¿Que empezara a hacer ejercicio? ¿Que cambiara de dieta?

¿Qué complicaciones se prevén? ¿Con qué frecuencia los pacientes contraen infecciones o presentan otros efectos secundarios?  ¿Es probable que tenga muchas molestias? En tal caso, ¿cómo se mitigarían?

¿Cuánto, tardará mí recuperación? ¿Cuándo podré volver a correr, a tener relaciones sexuales, alzar en brazos a los niños, comer normalmente? ¿Será necesario que me atienda una enfermera en casa?

Al decidir respecto de un tratamiento, recuerde que cada caso es único. La edad, el estado general del organismo, el temperamento, los temores y los intereses de la familia han de tomarse en cuenta, recuerde esto acerca de la cirugía:

Existen riesgos?

Hay beneficios ?

Hay alternativas ?

Finalmente recuerde que se está hablando de su cuerpo así que usted debe tomar la decisión final.

Operaciones son necesarias ?

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